FAQ
Todo sobre tu equipo de ósmosis inversa: Preguntas y respuestas esenciales
Preguntas Comunes
Resuelve tus dudas
La ósmosis natural o directa es la más común en la naturaleza, dado que las membranas semipermeables forman parte de la gran mayoría de organismos (por ejemplo raíces de plantas, órganos de nuestro propio cuerpo, membranas celulares, etc.)
Cuando dos disoluciones de distinta concentración de sales se encuentran separadas por una membrana semipermeable, de forma natural, se produce un flujo de agua desde la disolución de menor concentración hacia la de mayor concentración. Este flujo continúa hasta que las concentraciones a ambos lados de la membrana se igualan.
Cuando se trata de invertir este proceso y conseguir un flujo de agua de menor concentración de sales a partir de uno de mayor concentración, se deberá realizar una presión suficiente, del agua de mayor concentración sobre la membrana, para vencer la tendencia y flujo natural del sistema. A este proceso es lo que llamamos, ósmosis inversa.
En la actualidad, la ósmosis inversa es uno de los mejores métodos para mejorar las características del agua, mediante un sistema físico (sin utilización de productos químicos).
El cuerpo de una persona adulta contiene entre 38 y 48 litros de agua, el 40% de la cual se halla en las células. Este agua del cuerpo, que se recicla casi completamente cada 15 días, es la base del transporte de nutrientes, oxígeno a las células, la eliminación de desechos y control de la temperatura corporal.
Cada día ingerimos una media de 2,2 litros de agua, incluyendo el agua contenida en los alimentos.
Generalmente, el mantenimiento de su equipo lo debe realizar la empresa donde se compró, aunque no todas las empresas realizan un seguimiento de los equipos de ósmosis instalados. En este caso lo recomendable es acudir a un servicio técnico especializado en tratamiento de aguas.
Cabe recordar que una manipulación del equipo de ósmosis sin las medidas higiénicas o conocimientos técnicos adecuados puede desembocar en averías costosas e innecesarias.
Si observamos que en la parte inferior del equipo se acumula agua, debemos comprobar que no se trata de una fuga en el desagüe de nuestro fregadero o que no procede de otro sitio que no sea el equipo (mal sellado del fregadero, silicona en mal estado, lavavajillas, lavadoras, etc.).
El equipo contiene componentes que por su trabajo diario adquieren un desgaste. A veces estos componentes (bomba, electro válvula, presostatos, ...) pueden perder agua.
Debemos tener en cuenta que una excesiva presión (más de 2,5 bar, en equipos con bomba y más de 4,2 bar en equipos sin bomba) de la red en la vivienda puede generar fugas en los componentes del equipo debido a la presión que deben soportar, lo adecuado en estos casos es instalar un regulador de presión en la entrada de agua del equipo.
Siempre que hablamos de equipos de ósmosis nos surge la duda sobre el precio, debido a la proliferación de empresas que distribuyen estos equipos y el crecimiento constante de la demanda,así los precios de estos equipos varían considerablemente.
Debemos tener en cuenta a la hora de comparar precios, una premisa que es fundamental, todos los equipos no son iguales.
Por lo tanto antes de valorar, debemos comprobar que componentes tiene nuestro equipo, no es lo mismo un equipo con un depósito de plástico, que uno de acero, o un equipo con bomba, que necesita de una toma eléctrica y el circuito interno contiene electro válvulas, presostatos, etc... no puede ser igual a un equipo sin bomba, que solo contiene una válvula de 4 vias. O un equipo con sensores tipo aquastop o con autoflushing (auto lavado de la membrana) no puede ser igual a un equipo con bomba estándar. O un equipo que nos proporcione agua fría, caliente o natural (con depósitos independientes, condensadores, resistencias) no puede ser igual a un equipo de los anteriores mencionados.
Además existen diversos tipos de filtración (filtros en línea, encapsulados, etc.). Por lo tanto cada equipo según sus componentes tiene un precio diferente. Y este viene dado siempre por la calidad de sus componentes.
El proceso de elaboración del agua osmotizada es muy lento, 1 litro cada 6 min aproximadamente. Dependiendo de la presión de la red, del estado de los filtros o la membrana este tiempo puede alargarse.
Debemos tener en cuenta que el depósito de estos equipos suelen tener una capacidad de 7 litros aproximadamente. Por lo tanto nuestro equipo de ósmosis tardará en llenar el depósito entre 45 minutos y una hora aproximadamente.
Si nuestro equipo es nuevo, puede que encontremos el agua en primera instancia algo distinta, insípida. Esto es absolutamente normal, ya que el agua osmotizada está libre de olores y sabores, y es de mineralización muy baja, al contrario que el agua de la red o la embotellada. Solo es cuestión de que nuestro paladar se adapte a ese pequeño cambio.
Si el equipo es nuevo pero el agua sabe amarga, puede que no se haya higienizado bien el equipo en la puesta en marcha. Llamar al servicio técnico.
Si el equipo no es nuevo y lleva tiempo en uso, puede que el mal sabor se deba a un desgaste excesivo de los filtros o a una infección bacteriológica. En este caso debemos realizar un mantenimiento completo de nuestro equipo de ósmosis.
Si el mal sabor viene producido después de un mantenimiento o sustitución de membrana, se deben realizar un par de llenados/vaciados del depósito y volver a comprobar si el mal sabor desaparece, si no es así, contactar con el servicio técnico.
Si detectas un funcionamiento anormal en tu equipo de osmosis, puede que sea como consecuencia de que algún componente del equipo no esté realizando su función como es debido. En ese caso, no dudes en llamarnos. En 48 horas uno de nuestros técnicos pasará por tu domicilio para revisar tu equipo de osmosis y comprobar que todo funcione a la perfección. En caso de que fuera necesario realizar cualquier reparación en el equipo, este servicio está cubierto con la cuota mensual que abonas, por lo que no tendrás que preocuparte de nada más.
Si cambias de domicilio, y vas a trasladar el equipo debes avisar a Hidroquivir para que podamos actualizar tus datos con la nueva dirección. Puedes realizar el cambio del equipo por tu cuenta o si lo prefieres, nuestro servicio técnico puede realizar el traslado del equipo, en este caso, deberás abonar el servicio según la tarifa vigente en el momento del traslado.
Tras los 5 años del contrato, tienes varias opciones. Puedes quedarte el equipo en propiedad, cambiarlo por uno nuevo o devolverlo.
Desde Hidroquivir, se te avisara un mes antes de que llegue la finalización del contrato para que decidas cual es la mejor opción para ti. Puedes ver más detalles en las condiciones del contrato.
La ósmosis natural o directa es la más común en la naturaleza, dado que las membranas semipermeables forman parte de la gran mayoría de organismos (por ejemplo raíces de plantas, órganos de nuestro propio cuerpo, membranas celulares, etc.)
Cuando dos disoluciones de distinta concentración de sales se encuentran separadas por una membrana semipermeable, de forma natural, se produce un flujo de agua desde la disolución de menor concentración hacia la de mayor concentración. Este flujo continúa hasta que las concentraciones a ambos lados de la membrana se igualan.
Cuando se trata de invertir este proceso y conseguir un flujo de agua de menor concentración de sales a partir de uno de mayor concentración, se deberá realizar una presión suficiente, del agua de mayor concentración sobre la membrana, para vencer la tendencia y flujo natural del sistema. A este proceso es lo que llamamos, ósmosis inversa.
En la actualidad, la ósmosis inversa es uno de los mejores métodos para mejorar las características del agua, mediante un sistema físico (sin utilización de productos químicos).
El cuerpo de una persona adulta contiene entre 38 y 48 litros de agua, el 40% de la cual se halla en las células. Este agua del cuerpo, que se recicla casi completamente cada 15 días, es la base del transporte de nutrientes, oxígeno a las células, la eliminación de desechos y control de la temperatura corporal.
Cada día ingerimos una media de 2,2 litros de agua, incluyendo el agua contenida en los alimentos.
Lo primero que debemos hacer es comprobar que al equipo le llega agua, asegurándonos que la llave de paso del equipo está abierta.
Si el equipo es con bomba y no hace ningún tipo de ruido y en consecuencia no sale agua, puede que se deba a un fallo eléctrico. Hay que comprobar la conexión eléctrica, si conectamos el equipo en otro enchufe y sigue sin funcionar muy probablemente el transformador de nuestro equipo se haya el averiado.
Si el equipo es sin bomba, se debe a una obstrucción en el circuito interno del equipo.
La membrana es el corazón de nuestro equipo de ósmosis. Es la que realiza la función principal en la elaboración del agua osmotizada y se encarga de eliminar gran parte de los minerales, metales pesados, nitratos, etc. que penetran en ella. Habitualmente las membranas están compuestas por varias laminas que contienen millones de pequeños agujeritos de un tamaño minúsculo (1 micra) por donde se va filtrando el agua.
Estos agujeritos con el paso del tiempo, debido al uso diario, se van taponando, por el propio desgaste, bien por sedimentos o por culpa de la cal que contiene el agua. Esto hace que la calidad del agua que produce nuestro equipo vaya disminuyendo paulatinamente.
Si comparamos el agua de entrada y el agua de producción del equipo cuando la membrana es nueva con un medidor de tds, comprobaremos que existe una diferencia de un 90% aproximadamente, entre el agua de entrada y la de producción. En función del uso, el tiempo y la calidad del agua que le llega a la membrana (aquí juegan un papel importante los filtros del equipo) nuestra membrana va perdiendo la capacidad de fabricar agua de calidad. Si observamos que la diferencia en cuanto a tds entre el agua de entrada y la de producción del equipo es inferior al 50%, debemos sustituir la membrana (Habitualmente entre tres y cinco años).
Debido a la cal, puede que nuestra membrana se sature antes de tiempo, en ese caso es importante no forzar el equipo (la bomba y transformador se someten a un sobre esfuerzo constante) y sustituir cuanto antes la membrana. Además sería muy conveniente si la dureza del agua es considerable ( más de 15 grados franceses) instalar en la vivienda algún tipo de tratamiento antical, no sólo para preservar la vida útil de nuestro equipo, sino también para mejorar nuestra calidad de vida y la de nuestros electrodomésticos que trabajan con agua ( termos, placas solares, lavadoras, cafeteras, planchas, lavavajillas, ...).
Podemos hacer uso del agua almacenada en el depósito de nuestro equipo de ósmosis a través del grifo mono mando instalado en la encimera (hab. Con válvula cerámica) o a través de un grifo de tres vias, concebidos para aglutinar en un mismo dispositivo a través de canalizaciones separadas el agua fría o caliente de la red y el agua osmotizada.
Debido al uso diario, los grifos monomandos de estos equipos pueden perder la capacidad de retener el agua almacenada y como consecuencia de la presión generada en el circuito del equipo, el grifo puede empezar a perder en primera instancia una gotita de forma puntual, pero que paulatinamente ira en aumento. Esto genera en el equipo pérdidas de presión en el circuito y por consiguiente que el equipo esté constantemente entrando en funcionamiento y parando.
Llegado a ese punto se debe sustituir el grifo por otro nuevo. En el caso de los grifos de tres vias, la pérdida se genera por el desgaste de unas juntas que lleva el grifo en la base del cuello y que provocan la pérdida de agua. El efecto en el equipo es el mismo, perdida de presión en el circuito, pero la solución en este caso pasa por la sustitución de esas juntas por otras nuevas.
El proceso para elaborar agua osmotizada es el mismo que realizan las células de nuestro organismo pero del revés (de ahí el nombre de ósmosis inversa). Al pasar el agua por la membrana del equipo, ésta rechaza un alto porcentaje de minerales, metales pesados, nitratos, etc. Al realizar este proceso parte del agua que entra en la membrana se envía al desagüe junto con todo lo que se elimina.
La cantidad de agua rechazada varía en función del equipo, pero en equipos eficientes esta cantidad suele estar entorno a los tres litros de rechazo por litro de agua osmotizada. Así para llenar un depósito de 7 litros (estándar en los equipos) enviaremos 20 litros aproximadamente al desagüe.
A priori, puede parecer un derroche de agua enviada al desagüe, pero ¿Somos conscientes del agua que usamos al ducharnos? o ¿Al hacer uso del inodoro? o ¿Al lavar la vajilla? Estos actos por ser cotidianos y totalmente asentados en nuestro día a día no nos llaman la atención en cuanto al gasto en agua que suponen, porque los consideramos totalmente necesarios. Así debemos considerar la producción de agua de nuestro equipo, algo necesario, porque el agua es indispensable para nuestro organismo, así que lo mejor es beber agua de calidad.
La instalación de un equipo de osmosis inversa es muy sencilla y no requiere de ningún tipo de obra ruidosa o molesta para el cliente. Además nuestro servicio técnico cuenta con años de experiencia solventando cualquier posible inconveniente que pueda surgir para instalar el equipo en la mejor ubicación posible.
Una vez que se instala el equipo, dejamos registrado en nuestra base de datos una ficha personalizada para cada equipo/cliente. Cuando llega la fecha del mantenimiento, Hidroquivir se encarga de avisarte y de concretar una cita contigo para realizar el mantenimiento anual. No tienes que preocuparte de nada, nosotros te avisamos.
El contrato tiene una vigencia de 5 años de duración, pero puedes rescindir el contrato de forma unilateral antes del plazo estipulado avisando a Hidroquivir para que pasemos a retirar el equipo de tu domicilio y abonar una penalización que podrás ver en las condiciones del contrato.
Ningún problema. Llámanos con tu solicitud y veremos las alternativas. Si quieres aprovechar de nuevo un renting Hidroquivir te aplicará un descuento del 25% en la cuota del 2º equipo y sucesivos, siempre que estén bajo un mismo titular.
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